Pues allí estaba yo, puntual como un clavo a las 8 in the morning en el centro de salud, como de costumbre totalmente inmerso en mi empanamiento matutino, me acerco a la ventanilla donde me atiende una mujer embatada de blanco y con cara de estreñida que me dice de muy malas formas que para justificar mi ausencia entregue un papel que jamás tuve. Tras varios minutos de balbuceo porque yo sin mi chute de cafeína matinal no soy capaz de vocalizar y no había podido tomarme un café aun (puesto que te hacen ir en ayunas a estos actos) al fin logro que la santa mujer pulse la tecla "imprimir pantalla" y me de un justificante para llevar a mi trabajo.
Y allí estoy yo en esa sala de espera pintada de verde, pero de un verde que deprime, que parece que en su día pudo ser un verde militar teniente coronel y que el paso de los años lo ha degradado a cabo chusquero. Sale la señora enfermera con unos guantes tipo Gilda de los que se usan para fregar los suelos (se ve que la crisis ha llegado a la Seguridad Social y deben de compartirlos con la señora de la limpieza).
La auxiliar sale en plan aguacila a la puerta y grita que entreguemos los volantes en orden de hora, yo ni siquiera me había dado cuenta que en el mío ponía 8.33. Siempre me ha hecho mucha gracia la palabra volante para referirse a un papel, y ¿por qué no llamarlo entonces timón? Total que la gente comienza a revolucionarse y a pegarse unos con otros por entrar los primerísimos para que una señora te ponga una goma en el brazo y te desangre como a un cabrito; llegado este momento yo comienzo a observarlos a todos por si alguno como decía mi compañera había acudido con las muestras en el tupperware del cocido.
La verdad es que cuando de hacer cola se trata para entrar al médico, la gente es capaz de pegarse por lograr entrar antes que tu. Se genera de repente un mal rollo entre todo el mundo brutal, y ¡ay de ti como se te ocurra colarte! se lanzan cual dóbermans hambrientos sobre un muslo de pollo, en cualquier caso los ciudadanitos que acudimos al médico vía Seguridad Social sabemos que ir a la consulta supone dedicar toda la mañana a esperar en una sala de espera tipo casting Gran Hermano, porque si te da como a mi por observar a la gente te vanaglorias de lo normal que en realidad eres tu comparado con los especímenes que andan por ahí sueltos.
Cuando por fin me toca a mi entro y me siento en mi potro de tortura y yo como siempre no miro como la enfermera me trincha como a un pavo, así que le dejo hacer su trabajo y cuando termina emprendo rumbo a mi trabajo, eso si, presionando el algodón que me han puesto como un loco, porque no queremos que nos salga un moratón y que nos confundan con Amy Winehouse.
Me tomo un café nada más llegar en el bar que tenemos frente a la plataforma y como tengo más hambre que el perro de un ciego me pongo morado a churros (que me ha dicho mi amiga María López que no afectan a mi colesterol porque son muy sanos, con esa grasa yo aún lo dudo).
Paso la mañana en el mundo telemarketing lo mas amena posible y quedo vía wassup con unos amigos para tomar una caña por la tarde en una terracita del centro, mientras estoy tomándome un botellín de cerveza me doy cuenta de que no paran de pasar tíos en unos cochazos que te mueres y me pregunto si en la plaza donde hemos quedado hay una concentración de tunning o ahora se hace la caza del zorro entre la creme de la creme de mi ciudad, hombres entrajetados y mujeres entaconadas en zapatos que valen lo mismo que el alquiler de mi casa, porque es como un desfile del día del orgullo Lomano.
Y mira tú por donde....una llamada de teléfono le da un cambio radical a mi vida, me llama un amigo para decirme que necesita urgentemente un camarero para una disco con locales en mi ciudad y Madrid. Yo que necesito el dinero le digo por supuesto sin dudarlo que si y me quedo más contento que Geppeto con una Black&Decker.
Así que bajo por la noche a hablar con la encargada a la chica que se la ve súper estresada llega casi una hora tarde, tiempo que me da a mi para haber tomado ya un par de cervezas y pensar que cuando llegue voy a llevarme ya tal pedo que le voy a bailar una sevillana o un "taconeao" en mitad del despacho, y es que estoy desentrenado del mundo alcohol y se me sube ya todo enseguida.
Así que regreso a casa y Tomás me riñe por llegar a esas horas porque no para de maullar y perseguirme por toda la casa, me lanzo a la cama haciendo un salto con tirabuzón y los jueces me dan casi un diez de puntuación. Estoy tan cansado que solo me da tiempo a poner en el estado de mi red social que la vida te puede cambiar en una noche, y es cierto, ahora me voy a convertir en pluriempleado otra vez, porque no habríais dudado ni por un instante que le encargada me dijo que si y que si quería el trabajo era mío jeje. Y me quedo dormido pensando que le vida da mil vueltas y que es completamente impredecible, hoy me duermo super contento because de changes happens...
Me gusta tu blog, Rub. :) Felicidades por el curro, por supuesto, iré a verte.
ResponderEliminar_Mari