viernes, 5 de agosto de 2011

Tronosexuales

Comienza a causarme incluso pavor como el mundo femenino se apodera del mundo heterosexual.

Cada día me provoca más espanto ver a los canis o machotes de gimnasio con esas cejas depiladas al hilo, no se si por decisión propia o son las novias las que les causan semejante estropicio, pero el caso es que parece que hubiesen soltado de una cárcel de marrakech a un ejército de dragqueens desmaquilladas.
No se puede ir por la vida con las espaldas de un molinero bilbaino y la cara a lo Kate Ryan.

Se ha generado una tendencia generalizada a acudir en masa a los gimnasios y pasarse las jornadas haciendo pesas hasta perder el conocimiento, y no quiero hacer alusión a los ciclamientos que es la manera más rápida de siendo feo perder un poco de tu complejo, de esa manera la gente no te mirará a la cara, o incluso de espaldas puede que hasta llegues a llamar la atención, este prototipo ha degenerado en los conocidos "canario o jilguero", con un pecho gigantesco y las canillas esmirriadas, señores hay que intentar ser un poco más homogeneos.

Las ropas hiperajustadas que cortan la respiración no te hacen mejor persona, nos queda claro que vas al gimnasio, pero no por ello asaltes la sección infantil de Zara o revientes una XS, lo más probable es que cuando lleguen a casa tengan que usar el calzador para desenfundársela.

El mundo metrosexual se ha agravado considerablemente hasta desembocar en casos preocupantes, ahora podemos ver por la calle a señores que tiene un escote hasta el ombligo, en la mayoría de casos mayor que el de sus novias.

No es que yo me declare amigo del vello, que todo lo contrario, me causa mas repudia que la idea de contemplar a Carmen de Mairena en tanga, pero me parece excesivo señores que erradican hasta los vellos de sus brazos, no te das cuenta de que cuando eso empieza a crecer de nuevo vas a ser igual que el erizo de Génesis.

Y es que el programa de la caja tonta de las mujeres, hombres y viceversátiles ha hecho mucho daño al panorama español, ahora aparece este subgénero de tronista hortera ciclado que se está expandiendo a la velocidad del rayo.

Supercombinaciones de camiseta con subcamiseta a juego con los cordones de las zapatillas y rosarios de kilo y medio fabricados con huesos de albaricoque de una playa del trópico, tanoréxias exacerbadas que rozan la putrefacción y caras con más potingues que la Capilla Sixtina son algunas de las tendencias de nuestro nuevo género, que pasaremos a denominar "tronosexual".

Me llama la atención del mismo modo que el número de neuronas suele ser inversamente proporcional al volumen de músculo que puedan llegar a acumular durante las tres horas diarias que son capaces de invertir en el gimnasio mientras escuchan loca fm por su iphone adecuadamente tuneado con carcasas en tonos mas bien poco discretos.

El mundo se ha vuelto loco, los tronosexuales se multiplican como si del bautizo de un gremlin se tratase y están colapsando los programas de televisión, ahora se supone que son comentaristas o colaboradores como se les suele llamar a todo aquel que pulula por televisión sin tener ni zorra de periodismo.

Para ser un buen tronosexual hay que estar a la última en tendencias y modas absurdas, que se llevan los relojes de plástico de colores... pues te compras dieciséis en todas las gamas cromáticas, porque eso si un buen tronosexual siempre tiene que ir combinado de pies a cabeza.

Y no te olvides que sigue "in" el pendientaco a modo de falso diamante, a ser posible que te tape todo el lóbulo de la oreja, para que cuando entres en la disco destaque por encima de otros tronistas.

Y es que me hace mucha gracia la teoría que yo siempre he mantenido y que corrobora la frase de que "Cuanto más macho... más me agacho".

Lo bueno de todo esto es que la vida es mucho más entretenida desde que tenemos a estos especímenes pululando para que así personajes como yo puedan dedicarles su blog... gracias por vuestra glamoaportación mis amigos tronosexuales.

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