Habiendo sobrepasado el ecuador del mes de Enero me pregunto yo ¿Cúantos nuevos propósitos habrán caído ya por el camino? ¿Y cuantos no habrán visto la luz finalmente?
Por todos es sabido que con la llegada del año nuevo, y más aún después de habernos mordido las uñas y hasta los muñones con los graciosillos de los Mayas que nos hicieron llegar a pensar que la cosa petaba y que íbamos a acabar todos como huevos fritos, la mitad del planeta se plantea que en el año entrante va a hacer tal cosa, o va ha dejar de hacer tal otra, y digo medio planeta porque el otro medio es el que se lo planteó el año anterior y tuvo el mismo éxito que un programa presentado por Pilar Rubio y por eso ya ha desistido.
Pero eso si, hemos sobrevivido a otro apocalipsis del fin del mundo. Imagínate, un planeta acojonado porque a unos señores de estatura similar a Galindo les dio por ponerse a esculpir en tres piedras una serie de monigotes horrorosos repletos de fechas. Quien te dice a ti que lo mismo en esa época precolombina no existía un Paco Porras maya al que se le iba la pinza y que le pareció cachondísimo que dentro de muchos años mas de uno se fuese por la pata abajo cuando llegase la fatídica fecha.
Casi podríamos resumir los propósitos del nuevo año en dos, que son por excelencia, dejar de comer más que una lima nueva poniéndose a dieta y apuntarse al gimnasio.
Y a este punto es al que yo quería llegar. Al apasionante mundo del gimnasio, yo no he visto mayor número de especímenes por metro cuadrado que en cualquier gimnasio que se preste.
Resulta que un buen día te decides, te armas de valor y tomas la decisión, porque te miras al espejo y dices... "Esto no puede ser.... de mañana no pasa", y efectivamente sacas un boleto de ida hacía un lugar donde pagas por ir a sufrir, bueno esto también podría ocurrir si vas de putas y te va el rollo sadomasoquista, en cierto modo un gimnasio al principio es como un lugar lleno de máquinas de tortura, porque uno llega se pone delante de la máquina y se plantea, ¿cómo cojones se usa esto? ¿y con esto que zona trabajas? ¿me va a doler?
Pero tu estás allí, mas perdido que una puta en un confesionario, y te dedicas a observar a la gente que hay a tu alrededor, en ocasiones para ver como se hacen los ejercicios, otras porque alguien te ha puesto tontorrón y otras muchas claro está, para criticar, que ese si que es nuestro deporte preferido.
Existe un gran número de gente que se empeña en ir con ropa de marca al gimnasio, y cuantas más puedas combinar más mola, la camiseta de DIC, el pantalón corto de la Shandy que te dieron con el super-pack de 48 botellines que te zumbaste con otro colega en la playa, y la toalla, que es el único recuerdo que te queda de tu ex de cuando le sorprendiste con un fin de semana romántico en aquel hotel de Asturias y decidiste que por lo que habías pagado, la toalla iba incluida en el precio.
Localizaremos un material dominante entre los pobladores de gimnasios, la lycra. Cuanto más cosas con lycra te pongas más dará la impresión de que te lo estás currando mogollón, da igual si pareces una molleja embutida o si parece que vayas a buzear encima de un bicicleta estática, lo importante es ir bien prieto y sentirte con el tipazo de Rafaella Carrá, y es que hay gente que debería plantearse que la lycra sujeta, pero a partir de una edad o de unas dimensiones no existe lycra capaz de retener la ley de la gravedad, y lo que antes eras un culito con forma de ciruela ahora se ha convertido en una fruta escarchada. La lycra no es tu amiga, asúmelo.
Pero hay gente que realmente va al gimnasio a sudar la toalla, y no lo digo porque realmente se empleen a fondo, sino porque existe gente con una higiene corporal tan distraida que huelen peor que la Tena Lady de un orco. No importa que sudes, incluso siempre alguien sale en su defensa con lo de "igual tiene un problema de glándulas sudoríparas..." ..... y que???? pues si sabes que tienes un problema de ese tipo, ¡¡cojones!!, vive pegado a un desodorante y no gasees al resto de la humanidad.
No muy placentera pero si gratificante es la fase agujetas, que suele ocupar las primeras semanas, porque sabes que algo estás haciendo bien y que llevabas más tiempo parado que los ojos de Espinete, es cuando dejan de dolerte las pestañas cuando ya a partir de ese momento dejarás de ir al gimnasio y empezarás a "ir al gym" que suena mucho mas moderno, y tu sigues teniendo un alma joven.
A los machos Alpha los distinguirás por sus apasionantes conversaciones, sobre todo porque casi todas sus palabras acaban en "ina", arginina, glutamina, l-carnitina, codeina... si, y muchos es evidente que de pequeños no dormían por el coco y ahora tampoco les deja la coca.
A éstos les podrás ver mirándose en el espejo durante horas, que es algo que nunca entenderé para que coño un gimnasio necesita tantos espejos, que yo creo que los del mio tienen truco, que yo allí me veo estupendo y luego en casa soy la viva imagen de Fido Dido, yo creo que ese es el truco, que al final te encanta mirarte allí porque te ves mejor, aunque también tienen su punto para que yo pueda espiar de reojo a los demás y luego contároslo aquí.
En resumen, para los que aún no habéis llegado al cumplimento del propósito de año nuevo, animaos, que además de ponéos en forma lo vais a pasar de lujo, las risas siempre están aseguradas.
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