domingo, 30 de marzo de 2014

Me pongo al volante, me encabrono al instante.



Tras un año de desaparición y ante el clamor popular que abogaba por la vuelta de este blog, me he visto, más que animado, casi diría que en la obligación de retomar, no se por cuanto tiempo, espero tratar de ser constante en hacer que, al menos algún día de nuestras semanas pueda tener un punto de inflexión y que de alguna forma, durante al menos unos minutos, quien lea esto pueda desconectar del mundo real, una desconexión en forma de sonrisa.

Nos metemos de lleno en un tema que tiene "tela" para dar y tomar. El maravilloso mundo del tráfico, o lo que viene a ser lo mismo sentarse al volante. Yo cada día que salgo del garaje tengo claro que mi adrenalina va a salir disparada desde el momento que toque el asfalto con los neumáticos.

Una de las cosas que más me cuestiono es ¿porqué se permite que sigan conduciendo a señores que rondan los ochenta? Además, este tipo de individuos se distinguen desde lejos porque por alguna extraña razón suelen comprarse los coches más grandes y caros del mercado, suponemos que llegada una edad, en la que ya lo único que se te levanta es la tensión, lo más emocionante que uno puede hacer es comprarse un coche de este tipo.

Y digo yo ¿para qué quieres un coche con 5000 caballos? Si luego llevas los jamelgos a paso de pony de feria. Que ir a 30 km/hora para ellos es rozar la velocidad de la luz. También se puede saber antes de rebasar un coche, porque todos hacemos la misma maniobra, cuando alguien nos va tocando la moral, es inevitable que en el momento de adelantarle tengamos que mirar por la ventanilla en plan :- A ver qué cara de gilipollas tienes.... pues eso, que antes de adelantarlo si tenemos los factores, cochazo, paso de tortuga y ves que el fulano en cuestión va por todo el medio de los dos carriles es casi seguro que vaya al volante un quinto de la duquesa de Alba.

No se puede tocar este tema sin mencionar el mito de las mujeres, la verdad que no comprendo la absurdez de que las mujeres conducen peor que los hombres, digo yo que habrá de todo, habrá mujeres que conduzcan mejor y peor al igual que hay hombres que son unos cenutrios al volante, al igual que hay mujeres con más bigote que muchos guardias civiles y hombres con más estrógenos y más divas que la Peloponi.

Pero lo que sí que es cierto, es que las mujeres son bastante más prudentes, tanto en cuestiones de velocidad como a la hora de sacarse un moco, si, efectivamente, nunca he visto a una mujer hacer semejante gesto, pero la mayoría de los hombres deben llevarlo en su genoma humano, es ponerse el semáforo en rojo y sentir una irremediable necesidad de taladrarse las fosas nasales con su dedo percutor en busca del moco perdido.

Muchas veces tan solo con ver un modelo de coche ya sabemos qué tipo de individuo va dentro, y es que yo creo que sí que existen según que estereotipos en función del modelo de coche:

BMW E36 / E46, Seat Leon amarillo, Hiunday Coupé, Opel Calibra, estos triunfan dentro del mundo de los canis, gitanos, macarras, poligoneros...

Audi, en general es un coche de pijos, aunque, en sus variante más antiguas de A3 y A4 también podemos incluir y los subtipos anteriores, salvo que tengas un Q7 que en ese caso en más que probable que te ganes la vida como futbolista.

Posche Cayenne, este coche pertenece sin duda a alguien que pegó el pelotazo durante la época de auge de la burbuja inmobiliaria.

Cualquier todoterreno lleno de barro, se le atribuye a los potreros, torerillos y militantes de las juventudes del PP.

Los Mercedes en general pertenecen a puretas, esos que mencionábamos antes que jamás han experimentado la sensación de meter más allá de la tercera marcha.

Y si ves ya una fragoneta.. ¡aaayyy! No tengo ni que contarte nada, primo.

Lo que está clarísimo es que, como dice mi madre, tener un coche es como tener no un hijo tonto sino dos (esto yo creo que siempre me lo ha dicho con segundas). Que si los pagos mensuales del préstamo que pediste para comprarlo, que si el seguro del coche, que si el impuesto de circulación, la ITV, el cambio de aceite, el cambio de neumáticos, recargar el aire acondicionado, averías varias, el caso es que cada mes es una jodienda, jodienda que además es un bucle infinito porque cuando terminas de pagarlo, ya te toca comprar otro coche porque el pobre estás más acabado que la pandereta.

A estas alturas mucho estaréis pensando, bueno a mi todo esto me da igual, yo me muevo en transporte público. JA JA JA es que eso es mucho peor mis queridísimos Piscis. Te mueves en un medio autopropulsado, no solo a base de carburante, ese olor que existe en un autobús a las 7:30 de la mañana no puede ser beneficioso para la salud, ya sabemos que hay gente que escapa del agua como Gremlin en plena menstruación y que desconoce el uso del desodorante, pero sinceramente, a mi no me compensa que me pongan un sobaco en la jeta a esas horas intempestivas matutinas.

Y es que hay que caminar en la medida de lo posible señores, ya que nos sirve para respirar aire puro y hacer ejercicio cardiovascular, además no hay nada como la satisfacción de cruzar un paso de cebra, ver como todos los vehículos se detienen ante ti para que tú puedas atravesar la calle, a modo Moises abriendo las aguas del mar Rojo, eso es poder amigos.