No voy a descubrir yo la pólvora ahora si digo que con cada palo que nos da la vida nos hacemos mucho más fuertes y aprendemos mucho más rápido. Pero la verdad es que es totalmente cierto, supongo que esto es lo que se llama "experiencia de vida", desamores, pérdidas de familiares, amigos que resultan ser enemigos y otras putadas varias que la vida nos tiene preparadas para que suframos como perros y no nos quede más remedio que tirar para adelante.
Sería estupendo nacer ya con la lección aprendida, pero claro, entonces el señor que mueve los hilos de nuestras vidas (llámese Dios, destino....o Merkadona) se perdería la parte en la que se descojona de nosotros mientras nos ve pasando las de Caín para salir airosos de algunas situaciones.
Pero sea como sea he aprendido que por muy perra la que vida sea contigo uno tiene que seguir siendo fiel a sus principios. Yo podría perfectamente haberme convertido en una persona fría, desalmada, interesada, egoísta, cruel... pero sinceramente, si modificase mi forma de ser perdería la esencia de lo que siempre he sido, dejaría de ser yo.
De poco sirve vivir si pasas los días fingiendo ser una persona que realmente no eres, por eso siempre he dicho que, en mi caso, vivo la vida de forma intensa, aunque eso sea un arma de doble filo, ya que lo bueno se vive de forma explosiva, es un subidón de adrenalina, pero del mismo modo cuando la noticia no es tan agradable... el ostión es treméndamente doloroso.
Me niego a quedarme vacío, a sentir rencor, a no perdonarme a mi mismo, a vivir con odio, a tener miedo, a no tener valor, a arrepentirme... me niego a no ser capaz de seguir apostando por alguien, a renunciar a vivir, a hacer daño a los demás, me niego a no ser feliz.
He llegado a la conclusión de que efectivamente todo el mundo merece una oportunidad, pero del mismo modo nadie es indispensable en la vida. Si el ser humano es capaz de superar la muerte de una madre e incluso de un hijo, o al menos es capaz de seguir adelante, está claro que todo se puede superar y que nada debe derrumbarte por completo.
Por ello, muchas veces estamos estancados en momentos de nuestra vida que no nos permiten avanzar, damos demasiada importancia a cosas que en realidad no lo son tanto, no somos capaces de escapar del prisma en el que estamos inmersos para poder tener otra perspectiva, otro punto de vista que nos permita darnos cuenta de la relevancia del problema.
Tenemos que valorarnos más, que querernos más, tenemos que alentarnos a continuar y a confiar porque no todo el mundo es igual, y por supuesto no todo son malas noticias ni malos momentos, y por supuesto que hay gente que importa y a la que le importas, después de la tormenta siempre vuelve a salir el sol.