jueves, 15 de septiembre de 2011

Aerofobia


Volare o o...... Ahora comprendo esta canción, lo que pasa que en ella no terminaba de decir.... volare ho-rror...

Pues efectivamente, la sensación que experimenta mi cuerpo cada vez que tengo que coger un avión es cada vez más desagradable, comienza con un nerviosismo que me recorre de arriba a abajo hasta ponerme los vellos como espinas de rape, las manos me empiezan a sudar como a Chiquetete cuando le enseñan un billete de avión a Colombia y el corazón se me pone a ritmo de reguaetón.

Realmente es que es todo bastante peculiar, tu llegas al aeropuerto, te recomiendan llegar una hora y media antes (para hacer turismo será porque no lo comprendo), te vuelves loco entre las terminales hasta dar con el punto donde tienes que facturar, que no es más que darle tu dni a una señora muy amable a la que le importas una mierda la cual le pone una pegatina a tu maleta mientras tu te quedas mirando como desaparece por una cinta transportadora y te preguntas si esa será la última vez que la veas (a la maleta digo, no a la señora).

Después no te queda otra que hacer vida por el aeropuerto, asi que te vas de tiendas donde no te cobran el iva y donde puedes encontrar todo tipo de productos que no necesitas, es muy curioso que no puedas pasar líquidos ni objetos de metal, pero sin embargo en estas tiendas puedes comprar botellas de licor con más capacidad que el tanque del combustible del avión, mecheros con forma de león que lanzan una llama de medio metro y miles de objetos punzantes con los que podrías perfectamente apuñalar a tu compañero de asiento... entonces... ¿Para que tanta tontería? Seamos un poco serios.

Llegas al avión, y te mueves hasta tu asiento a ritmo de procesión tras la cola de pasajeros. Te sientas y descubres que tus rodillas van perfectamente ancladas en el respaldo delantero (¿para que coño quiero entonces el cinturón? Si estoy a presión...).

Como el aire acondicionado no funciona hasta que no arrancan motores, la cosa comienza a caldearse y te falta un poquito la respiración, pero no preocuparse, que en caso de asfixia tenemos las mascarillas que caen del techo, encima si eres un desgraciado como yo, es muy probable que algún ala no ande bien, y no me refiero precisamente a las del avión, que hay gente que desconoce la palabra desodorante.

Yo que no puedo ser más fan de Herodes, proclamo una vez más su resurrección. Una familia de rumanos con sus 5 respectivos hijos van justo en los asientos delanteros (sin duda eres el afortunado del día). Los niños no paran de pegarse y de gritar, lo cual ayuda bastante a la imposición de un insomnio apabullante y con ello al considerable aumento de mi mal humor.

Despegamos, y es el único momento en el que la gente guarda silencio sepulcral, o a mi me lo parece porque a los dos minutos de descenso mis odios van completamente taponados, pero la alegría dura poco ya que uno de los niños ha decidido que tampoco es lo suyo dormirse tan temprano y no para de tocarme "la marcha real" para que le haga compañía.

Es en ese momento cuando al estilo Ally Mc Beal visualiza que agarro al niño por el cuello de la camisa y lo lanzo por una de las puertas del avión... que maravilla de sensación casi orgásmica.

Momento estrella del vuelo...Las azafatas te muestran y recuerdan los consejos de seguridad en al avión. Yo no se a quien se le ocurriría esta bobada, pero además de ser humillante para los auxiliares de vuelo no le presta atención ni el tato, a la azafata que habla por los altavoces no se le entiende una mierda porque lo dice con tal desgana que ni vocaliza, y las que gesticulan como marionetas al unísono ponen cara de "me cago en la puta la gracia que me hace este momento".

Y así acontece el vuelo mientras el avión se convierte de repente en una feria mientras los auxiliares pasan con el carrito ofreciéndote todo tipo de bebidas y comidas, mira pedazo de puerca, yo estaba dormido tan a gusto hasta que tu al pasar a mi lado has gritado como una loca si me apetecía algo de beber, pues no, normalmente cuando tengo los ojos sellados es porque me apetece dormir, pero vamos que es una manía mía que tengo yo.

El baño también es un tema, si el vuelo es nacional tiene más visitas que el facebook de Justin Bieber, y la verdad que es un tema estar en esa minicabina con el traqueteo del vuelo, y si hay turbulencias ya ni te cuento... mejor esperar a aterrizar.

No te olvides de cruzar los dedos al desembarcar en el caso de que hayas facturado, espero que tengas suerte y cuando llegues a la cinta tu maleta permanezca intacta, o en el peor de los casos, esperemos que no haya terminado en una terminal de Acapulco .

Así pues, encomendaros a todos los santos cuando tengáis que volar, mi consejo, si es posible sin necesidad de tomar el barco o el avión, solo caminando en bicicleta o autoestop.